El Municipio de Salta, no es ajeno a la situación de crisis económica que impera en la Republica Argentina y por lo tanto también sus habitantes que carecen de ingresos económicos fijos. Frente a esta circunstancia, las personas que han quedado sin sus fuentes de trabajo estables por haber sido despedidos del Estado por la reestructuración del mismo, o por haber quebrado la empresa privada en la cual trabajaban. Ante esta situación los desocupados han generado situaciones alternativas de trabajo que les permitan de alguna manera recibir ingresos para poder mantenerse así mismos y a sus familias. Entre estos diferentes emprendimientos han surgido los remiseros ilegales, los vendedores callejeros, los viveros, las casas de comidas, los cibers, las peluquerías, los almacenes y otras diferentes formas de comercios. Ante estos pequeños emprendimientos, se han suscitados dos circunstancias, la primera que quienes han puesto en funcionamiento algunas de estas formas alternativas de ingresos económicos, debido a su situación de precariedad económica no pueden satisfacer la totalidad de demandas de las normas municipales que se exigen para abrir un comercio y la segunda es que la Municipalidad se ha convertido en un “defensor” de las normas u ordenanzas.Esta actitud asumida por el municipio como política de Estado, ha generado la clausura o la quita de las mercaderías de los incipientes comerciantes. Obviamente que la actitud asumida por el municipio solo va a contribuir a incrementar aun más la pobreza, porque en vez de asumir una política que contribuya a incrementar las fuentes de trabajo, atenta contra ellas. En esto la Municipalidad no se encuentra sola sino que tiene como co-responsable, al Concejo Deliberante, en el cual sus integrantes generan normas que simplemente separan lo que aparentemente sirve de lo que no sirve; o bien se dedican a generar proyectos de normas para la creación de un registro de perros; o dejar que una computadora seleccione los becarios. Desde esta realidad descripta, en tanto involucra a los habitantes del municipio y al gobierno de la municipalidad, se plantea que es necesario generar cambios que contribuyan a que se incrementen las fuentes de trabajos.Para ello la Municipalidad debe cambiar su actitud represora y gestar actitudes que contemplen las diferentes circunstancias de las personas que quieran generar sus propias fuentes de trabajo. Para ello debe dejar de lado su actitud normativista de que si un comercio satisface o no satisface la norma y ver la forma de plantear diferentes estrategias que contemplen las diferencias económicas y las posibles ausencias de los requisitos establecidos en las normas municipales. También se necesita que el Concejo Deliberante cambie las actuales normas separatistas de lo uno y de lo otro por normas progresivas que contribuyan de manera efectiva al establecimiento de las fuentes de trabajo.Lógicamente que no se puede esperar que estos cambios ocurran dentro de diez años, sino que deben ser inmediatos, ya que la realidad económica desborda con necesidades que deben ser satisfechas para preservar la vida humana. Además la Municipalidad y el Concejo Deliberante tienen la obligación y deben trabajar en una política que incremente las fuentes de trabajo de manera gradual y acorde a los fondos de que disponen los posibles emprendedores de fuentes de trabajo. Ya que entregar fondos para la creación de microemprendientos no es la única solución sino que la política municipal debe tener características más globales para poder disminuir la pobreza en el municipio de Salta.En cuanto al Concejo Deliberante, sino gesta normas progresivas y sigue el rumbo actual, deberá considerarse su posible disolución y la transferencia de los empleados a otras dependencias municipales. Este no es un pensamiento antidemocrático, sino que es buscar otras formas alternativas que contribuyan a erradicar de alguna manera la pobreza en el municipio de Salta. Y si son ineficientes los actuales concejales deben ser separados de sus cargos para generar nuevas formas de representación ciudadana.Entonces la Municipalidad como institución se ha convertido en un obstaculizador del trabajo, del comercio, de la producción y de su comercialización. Ya que se rige por normas simples e ideales, gestadas en experiencias ajenas a la realidad de Salta. En cuanto a un nuevo rol que debe asumir la Municipalidad debe contemplar una función facilitadora del comercio basada en el trabajo institucional y no en el facilismo de la normativa exclusora.
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